Perros en la Religiones V

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Perros en la Religiones V

23 mayo 2017 Noticias 0

El Perro entre Los Mayas y  Los Nahuas

(segunda parte) «lea también la primera parte»

«Hombre y perro, como en la vida cotidiana, son inseparables en el pensamiento religioso de los nahuas y los mayas.»

El perro y la muerte del hombre

El perro no sólo está en el origen del hombre, sino también en el fin, pues es el ser encargado de transportar al espíritu del muerto hasta el inframundo.

El perro es un ser nocturno que conoce los caminos en la oscuridad y puede ver los espíritus. Desde la época prehispánica hasta hoy, los mayas y los nahuas creen que «los perros ven muy bien de noche a  las almas que salen de los cuerpos cuando éstos duermen, por eso aúllan».

El perro es el compañero inseparable del hombre, que va con él hasta el más allá.

Los nahuas creían que al llegar al gran río del inframundo, el espíritu encontraba a  su perro y montaba sobre su lomo para atravesarlo. Entre los mayas se confirma esta creencia.

El perro que transportaba al espíritu tenía que ser el propio perro del muerto, ya que los otros constituían una amenaza en el camino.

La relación del perro con la muerte se manifiesta claramente, asimismo, en el hecho de que el patrón del signo Itzcuintli del Tonalpohualli es Mictlantecuhtli, dios de la muerte, que por ello recibe el nombre calendárico de 5 Itzcuintl~ al Iado del dios aparece el signo, por ejemplo, como cabeza de perro negro con la lengua roja salida. También puede verse un perro cuya mitad anterior de la cabeza es la del dios de la muerte;

El dios perro Xólotl

La significación de muerte y  la de Sol poniente/ coinciden en la figura del dios perro Xólotl, entre los nahuas. Este es el hermano gemelo de Quetzalcóatl, que representa su contrario: oscuridad, inframundo, muerte; de ahí su forma perruna.

ambos son Tlahuizcalpantecuhtli (el planeta Venus): Quetzalcóatl, la estrella de la mañana, y Xólotl, la vespertina, que se dirige hacia el inframundo y que parece haber tenido la función, como dijimos antes, de transportar al Sol y acompañarlo en su recorrido cotidiano por el reino de la muerte, del mismo modo que el espíritu del perro común transporta al de su amo al Mictlan.

dios maya del maíz «Yum Uil» - Perros en las religiones

No hay evidencia en las fuentes sobre los mayas de una deidad perro ‘como Xólotl; sin embargo, en la banda astral de la que se desprende el perro solar en los códices destaca el glifo de Venus. asociación que concuerda con un mito de los k’ekchís y mopanes actuales según el cual Venus, el hermano del Sol, es un perro que corre delante del astro. Esto coincide también, notablemente, con el hecho de que el Xólotl de los nahuas, es el aspecto vespertino de Tlahuizcalpantecuhtli.

Xólotl es también dios del juego de pelota.

Tablero del Juego de Pelota con la representación del Dios C - Perros en las religiones

Y asimismo, por su significado de oscuridad e inframundo, era patrón de los brujos, y podía convertirse en guajolote; así esta ave, que fue una de las principales ofrendas a  los dioses, se llamaba huexólotl.

El perro fue un símbolo con múltiples valencias en las religiones maya y náhuatl. En ésta se asocia a dos de las deidades más importantes: Tonatiuh y Quetzalcóatl, representando su contrario, su aspecto de oscuridad, inframundo y muerte: es Nanahuatzin, el ser deforme y enfermo que se tansmutará en el Sol, y es Xólotl, el gemelo o alter ego de Quetzalcóatl, su carácter de estrella vespertina, que conduce al Sol muerto hacia el inframundo.

Pero el perro como símbolo religioso fue más que una deidad astral: tiene otras varias significaciones, tanto para los nahuas como para los mayas, que se ligan estrechamente con el hombre, ya que fue considerado desde el compañero que lo sustituye ante los dioses en el sacrificio y que lo lleva a  su destino final, hasta el antepasado y el héroe cultural que le da el fuego solar y, con él, la civilización. Es decir, que el perro está en el origen del hombre, en su vida cotidiana y en su muerte.

El perro, fin, es un ser que se  asoció simbólicamente con los tres estratos del universo, pero fundamentalmente tiene una significación ctónica. Es celeste, en tanto que se asocia al Sol y a Venus, y baja al mundo de los hombres el fuego del Sol, pero es ante todo terrestre e infraterrestre porque simboliza a  los dos astros en su aspecto de tránsito por el reino de la muerte, y por su íntima relación con el hombre, que le permite sustituirlo como víctima del sacrificio humano, y que, al conocer los caminos en la oscuridad y poder ver los espíritus de los hombres cuando se separan del cuerpo, tanto en el sueño como en la muerte, es quien conduce a las almas de los difuntos a  su destino final.

 Xoloitzcuintle

 

Fuente: (http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/ecn27/519.pdf)